lunes, 4 de junio de 2012

Desarrollo sostenible y economía verde maquillan y fortalecen el capitalismo


·         Expositores en Seminario de la CAOI señalan la necesidad de construir un nuevo paradigma civilizatorio

El capitalismo es causante del desastre ecológico y no puede ofrecer alternativas, señaló Pablo Ortiz, catedrático de la Universidad Andina Simón Bolívar. A lo que Ivonne Yáñez, de Acción Ecológica, agregó que a lo largo de su evolución, el capitalismo siempre ha utilizado los mismos mecanismos de control, de auto-reproducción y de acumulación, mecanismos que también forman parte del desarrollo sostenible y de la economía verde.

 

Los especialistas expusieron acerca de la crisis global, las cumbres de desarrollo y Río+20 en la primera jornada del Seminario “Derechos de los Pueblos Indígenas y Cambio Climático”, que se inició hoy en Quito y concluirá el jueves 7 de junio, como parte de la estrategia de capacitación que desarrolla su Observatorio Jurídico y de su proceso de preparación hacia Río+20.

Ivonne Yáñez señaló la existencia de tres factores claves en la invención del capitalismo: uno, el terror a través de la quema de brujas, para que las mujeres sigan teniendo hijos que sean mano de obra barata, y contra los siervos para cobrarles impuestos, quitarles sus tierras y sus cosechas.  Dos, el control territorial con el cercamiento de los espacios comunitarios colectivos. Y tres, el control de la población.

El capitalismo naciente necesitaba una institucionalidad para lrgitimar esos mecanismos. Y crea el Estado-nación. Los Estados-nación hacen el registro de la población, inventan los apellidos para cobrar impuestos, el ordenamiento territorial y los mapas para el control territorial, y los ejércitos para la represión.

Pero el capitalismo sufre crisis tras crisis. A mediados de los noventa del siglo pasado necesita inventar nuevas mercancías, convierte los derechos en servicios y privatiza la educación, la salud, el agua, etc. Después convierte en mercancía la naturaleza y ahora inventa la economía verde.


El desarrollo sostenible y la economía verde también usan el terror: si no aceptamos las soluciones de mercado, todos vamos a morir por los impactos del cambio climático. Y recurren a otro tipo de terror: la criminalización de la protesta social. Continúan con los mecanismos de cercamiento y privatización: REDD, socio-bosques, creación de áreas protegidas cuya administración pone en manos privadas y despoja derechos de las comunidades sobre territorios ancestrales. Expulsa a la gente para controlar esos espacios y comprar y vender servicios ambientales.

Así, insistió Yáñez, se trata del mismo rol del Estado, el mismo control de la población, la misma visión monetarista y utilitarista de la naturaleza. Con un fortalecimiento del poder de los bancos y donde la ciencia y la tecnología siguen cumpliendo un rol importante.

Por ejemplo, inventan el manejo científico de los bosques. Desconocen el manejo ancestral de los bosques por los pueblos indígenas, tienen que llevar al técnico forestal. Creen que la ciencia y la tecnología van a solucionar las crisis climáticas. Inventan la geoingeniería (bombardeo de nubes para controlar la radiación solar, satélites con espejos gigantescos para reflejar la luz solar, sembrar hierro en los océanos para que los seres vivos capten el CO2, captura y almacenamiento de carbono). Inventan los agrocombustibles, los transgénicos y la biología sintética: uso de la biomasa para analizarla y replicarla en laboratorio para crear nuevos tipos de combustibles y nuevos seres vivos. La nanotecnología. Todo para fortalecer el capitalismo.


En Río+20 se discutirán siete temas: energía para todos, sin cuestionar el excesivo consumo de energía; ciudades sustentables, sin considerar el empobrecimiento del campo, la migración forzosa, el acaparamiento de tierras, solo cómo hacer ciudades sustentables; desastres, para convertirlos en fuente de negocios; el agua, para inventar bonos de agua, servicios ambientales de agua; océanos que son importantes como fuentes de alimentos, sumideros de carbono, recursos minerales; la alimentación, porque quien controla la alimentación controla la vida de los pueblos, ya hay acaparamiento de semillas y las compañías de alimentos tienen un gran poder; empleos verdes: producción de agrocombustibles, fabricación de paneles solares, etc.

Un nuevo paradigma

Por su parte, Pablo Ortiz señaló que, en efecto, hay una crisis civilizatoria, pero el sistema no está liquidado, tiene recursos para mantenerse e intentar perpetuarse cono única forma de organización social, mostrándose de manera distinta, maquillándose para seguir seduciendo. “Se necesita construir otro modelo, con fundamentos éticos distintos a los impuestos por el capitalismo que todo lo convierte en mercancía. Una referencia central está en los pueblos indígenas que han sido excluidos por el sistema. Hay territorios y saberes que recuperar”, anotó.


Insistió en que no es posible encontrar alternativas al sistema dentro del sistema. El capitalismo está llamado a ser sustituido. Pero eso no significa que el cambio esté a la vuelta de la esquina.

Consideró que Río+20 solo será una síntesis de los últimos 10 años, pues la Conferencia de Johannesburgo en el 2002 trazó una respuesta desde el punto de vista del mercado. Pero da algunas posibilidades para actuar junto con otros movimientos sociales. Para evidenciar que el desarrollo sostenible y la economía verde no son más que maquillajes.

Hay que cuestionar la raíz del sistema que se ve como un fin a sí mismo, el fin supremo es el capital, no el hombre ni menos la naturaleza. La salida es ver la naturaleza como sujeto vivo, cambiar nuestra relación con ella. El debate académico es también un escenario de lucha. Hay que construir relaciones interculturales con otras ciencias y saberes no occidentales. El aporte de los pueblos indígenas es el reconocimiento de la naturaleza como madre y como sujeto de derechos”, concluyó el especialista.

Quito, 4 de junio del 2012
Comunicaciones CAOI
FOTOS- ECUARUNARI

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