· Expositores en Seminario de la CAOI señalan la necesidad de construir un
nuevo paradigma civilizatorio
El capitalismo es causante del desastre
ecológico y no puede ofrecer alternativas, señaló Pablo Ortiz, catedrático de
la Universidad Andina Simón Bolívar. A lo que Ivonne Yáñez, de Acción
Ecológica, agregó que a lo largo de su evolución, el capitalismo siempre ha
utilizado los mismos mecanismos de control, de auto-reproducción y de
acumulación, mecanismos que también forman parte del desarrollo sostenible y de
la economía verde.
Los especialistas expusieron acerca de la
crisis global, las cumbres de desarrollo y Río+20 en la primera jornada del
Seminario “Derechos de los Pueblos Indígenas y Cambio Climático”, que se inició
hoy en Quito y concluirá el jueves 7 de junio, como parte de la estrategia de
capacitación que desarrolla su Observatorio Jurídico y de su proceso de
preparación hacia Río+20.
Ivonne Yáñez señaló la existencia de tres
factores claves en la invención del capitalismo: uno, el terror a través de la
quema de brujas, para que las mujeres sigan teniendo hijos que sean mano de
obra barata, y contra los siervos para cobrarles impuestos, quitarles sus
tierras y sus cosechas. Dos, el control territorial con el cercamiento de
los espacios comunitarios colectivos. Y tres, el control de la población.
El capitalismo naciente necesitaba una
institucionalidad para lrgitimar esos mecanismos. Y crea el Estado-nación. Los
Estados-nación hacen el registro de la población, inventan los apellidos para
cobrar impuestos, el ordenamiento territorial y los mapas para el control
territorial, y los ejércitos para la represión.
Pero el capitalismo sufre crisis tras
crisis. A mediados de los noventa del siglo pasado necesita inventar nuevas
mercancías, convierte los derechos en servicios y privatiza la educación, la
salud, el agua, etc. Después convierte en mercancía la naturaleza y ahora
inventa la economía verde.
El desarrollo sostenible y la economía
verde también usan el terror: si no aceptamos las soluciones de mercado, todos
vamos a morir por los impactos del cambio climático. Y recurren a otro tipo de
terror: la criminalización de la protesta social. Continúan con los mecanismos
de cercamiento y privatización: REDD, socio-bosques, creación de áreas
protegidas cuya administración pone en manos privadas y despoja derechos de las
comunidades sobre territorios ancestrales. Expulsa a la gente para controlar
esos espacios y comprar y vender servicios ambientales.
Así, insistió Yáñez, se trata del mismo
rol del Estado, el mismo control de la población, la misma visión monetarista y
utilitarista de la naturaleza. Con un fortalecimiento del poder de los bancos y
donde la ciencia y la tecnología siguen cumpliendo un rol importante.
Por ejemplo, inventan el manejo científico
de los bosques. Desconocen el manejo ancestral de los bosques por los pueblos
indígenas, tienen que llevar al técnico forestal. Creen que la ciencia y la
tecnología van a solucionar las crisis climáticas. Inventan la geoingeniería
(bombardeo de nubes para controlar la radiación solar, satélites con espejos
gigantescos para reflejar la luz solar, sembrar hierro en los océanos para que
los seres vivos capten el CO2, captura y almacenamiento de carbono). Inventan
los agrocombustibles, los transgénicos y la biología sintética: uso de la
biomasa para analizarla y replicarla en laboratorio para crear nuevos tipos de
combustibles y nuevos seres vivos. La nanotecnología. Todo para fortalecer el
capitalismo.
En Río+20 se discutirán siete temas:
energía para todos, sin cuestionar el excesivo consumo de energía; ciudades
sustentables, sin considerar el empobrecimiento del campo, la migración
forzosa, el acaparamiento de tierras, solo cómo hacer ciudades sustentables;
desastres, para convertirlos en fuente de negocios; el agua, para inventar
bonos de agua, servicios ambientales de agua; océanos que son importantes como
fuentes de alimentos, sumideros de carbono, recursos minerales; la
alimentación, porque quien controla la alimentación controla la vida de los
pueblos, ya hay acaparamiento de semillas y las compañías de alimentos tienen
un gran poder; empleos verdes: producción de agrocombustibles, fabricación de
paneles solares, etc.
Un nuevo paradigma
Por su parte, Pablo Ortiz señaló que, en
efecto, hay una crisis civilizatoria, pero el sistema no está liquidado, tiene
recursos para mantenerse e intentar perpetuarse cono única forma de
organización social, mostrándose de manera distinta, maquillándose para seguir
seduciendo. “Se necesita construir otro modelo, con fundamentos éticos
distintos a los impuestos por el capitalismo que todo lo convierte en mercancía.
Una referencia central está en los pueblos indígenas que han sido excluidos por
el sistema. Hay territorios y saberes que recuperar”, anotó.
Insistió en que no es posible encontrar
alternativas al sistema dentro del sistema. El capitalismo está llamado a ser
sustituido. Pero eso no significa que el cambio esté a la vuelta de la esquina.
Consideró que Río+20 solo será una
síntesis de los últimos 10 años, pues la Conferencia de Johannesburgo en el
2002 trazó una respuesta desde el punto de vista del mercado. Pero da algunas
posibilidades para actuar junto con otros movimientos sociales. Para evidenciar
que el desarrollo sostenible y la economía verde no son más que maquillajes.
“Hay que cuestionar la raíz del sistema
que se ve como un fin a sí mismo, el fin supremo es el capital, no el hombre ni menos la naturaleza. La salida es ver la naturaleza como sujeto
vivo, cambiar nuestra relación con ella. El debate académico es también un
escenario de lucha. Hay que construir relaciones interculturales con otras
ciencias y saberes no occidentales. El aporte de los pueblos indígenas es el
reconocimiento de la naturaleza como madre y como sujeto de derechos”, concluyó el
especialista.
Quito, 4 de junio del 2012
Comunicaciones CAOI
FOTOS- ECUARUNARI
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